No fue una vez, ni dos, ni tres veces, sino más diecinueve veces los aplausos que se reiteraron desde el masivo público asistente hacia los participantes de nueve países en competencia. El primer Festival del Migrante, logró plenamente sus objetivos de convocatoria y de inclusión social con la presencia de más de 1.000 personas asistentes, la diversidad de stands culturales, comida y de información al migrante, durante una extensa jornada de integración musical en el Parque de Los Reyes.
Agradecemos sinceramente a todos los artistas en competencia, el jurado y el apoyo incondicional de los medios que apoyaron esta iniciativa. Así mismo del público en general que espontáneamente se acercaron para felicitar esta iniciativa inédita de integración así como los correos recibidos y el apoyo en las redes sociales.
Iniciativa que sin duda pese a detalles técnicos y de logística propia de una organización masiva, supero las expectativas del equipo de trabajo que como una organización sin fines de lucro y de interés publico y social, dejo todas sus fuerzas para que el Primer Festival Migrante logrará su objetivo de encuentro y aprendizajes de las diversas culturas inmersas en el país.
El momento fue único, un día extraordinario, un escenario natural dispuesto en la plaza España, de piedra tallada a mano y la libertad de las personas niños y niñas, familias y migrantes a expresar sus cariños para con el evento, con banderas, saludos y bailes, hizo de la fiesta un lugar de encuentro de sin exclusión sino de una oportunidad de espacio para la alegría.
Tuvimos la oportunidad de ver artistas de nueve nacionalidades, Argentina, Perú, Colombia, Cuba, Bolivia, Uruguay, Haití, España y Austria. Todos fueron incluidos sin discriminación de género musical, ya que ese no era el fin de festival, sino que todos pudieran expresar a través del canto y la música ante un público respetuoso del espectáculo, que con su presencia y alegría pese a las 6 horas de espectáculo confirmo que cada día más se hace necesario actividades de este tipo en el país.
El cierre se corono con una acertadísima conductora y con los participantes en el escenario, cantando a viva voz la canción “Todos las voces todas” emblema del Festival”. Y es así como justamente debía terminar el evento, ya que por primera vez otorgo una oportunidad de expresión directa en un escenario, y una trabajo valorable de quienes gestaron e hicieron posible concretar esta excelente idea, que sin duda visibiliza a los migrantes artistas y los dignifica sin duda por su relevante aporte a Chile.
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